REMANENTES DE CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS
Todos los investigadores que
hemos salido a relevar casos OVNI en los que se han encontrado huellas, es
decir que hemos estado frente a casos de Encuentros Cercanos del 2° Tipo, nos
pudimos haber enfrentado con alguna radiación, que de alguna manera, pusiera en
peligro nuestra salud.
Hace unos días, en una de las
redes sociales, se puso el tema en discusión, siendo algo saludable para los
investigadores poner a disposición de otros colegas las experiencias,
investigaciones y opiniones.
En este tipo de casos, tenemos
infinidad de materiales investigativos diferentes.
Siempre que se ha visto algún
OVNI tocando tierra, muchos investigadores, incluidos nosotros, nos hemos
trasladado a la zona para verificar y relevar los datos del lugar y los
testimonios de los testigos.
Siempre es emocionante para
nosotros estar en los lugares donde se han visto las naves y si hay huellas de
las mismas, nuestra energía en la investigación se exacerba, no tomando en
cuenta muchas veces que en esas huellas puede haber algún remanente de energías
que pueden ser peligrosas.
En una de nuestras
investigaciones, en el año 1985, en la Localidad de Lanús Oeste, estando la
abuela de setenta (70) años con su nieto un niño de once (11), ambos ven el
paso de una nave circular muy cercana a ellos en la terraza de la casa
familiar, era una linda noche de verano. Al ver algo tan especial, ambos se
levantaron y fueron hacia el aparato que sobrevolaba la casa. De inmediato de
su base, una luz violeta fue lanzada hacia ellos y los envolvió por completo
unos segundos; luego, sin más el OVNI salió con una tremenda aceleración,
perdiéndose hacia el cielo. En ese momento para ambos, abuela y nieto, fue la
experiencia más asombrosa de sus vidas. Pero se convirtió en la pesadilla más
grande, pues a partir de ese momento, los dos comenzaron a tener problemas graves
con su presión arterial. Sí, hasta en un niño de once años no podía controlarse.
La abuela, por este motivo, muere en poco tiempo. El joven, llevó un
mantenimiento constante con medicación y dietas.
Si bien es cierto que muchos de
nuestros colegas han estado en constante investigación del fenómeno de las
huellas, en cualquier lugar de nuestro territorio, especializándose en este
aspecto y nunca han tenido problemas de salud, hemos tenido noticias alarmantes
de otros de nuestros colegas que, en el campo, en investigaciones de
mutilaciones de animales y corroborando huellas circulares en las cercanías del
o los animales muertos, han tenido nauseas, cefaleas, ardor en sus manos al
tocar al animal y hasta reacciones alérgicas ( ojos, garganta, nariz, etc.).
En 1993, a nuestro instituto en
el barrio de Villa Devoto, en Capital Federal, se acercaron cinco muchachas que
editaban un boletín de tipo espiritualista, con relación a los OVNIS y a los que ellas consideraban como Hermanos
Mayores Cósmicos, o Maestros. Siempre iban a meditar en los lugares donde
quedaban huellas de sus naves. En ese momento lo vi como una obsesión de estas
muchachas pues creían que estar allí, en el lugar donde Ellos descendían, era
la panacea del conocimiento y que todo el Amor y la Sabiduría de estos Seres
les eran transmitidos.
Un sentimiento maravilloso,
aunque lo maravilloso estaba en ellas, en su pensamiento, sus sentimientos de
amor y altruismo. Bellísimas personas.
Al poco tiempo, dejaron de venir
todas; una de ellas había contraído leucemia y estaba grave. Luego otra, y
otra, en pocos meses. Luego no las vimos más, suponemos que todas murieron,
pues las primeras cuatro ya habían fallecido y la última de las chicas que quedaba
nos lo había transmitido. Creemos que esta última muchacha de no más de treinta
(30) años, también falleció.
Por eso me pregunto: ¿Son seguras
las investigaciones en esos Encuentros Cercanos del 2° Tipo? ¿Es seguro para la
salud del investigador, acudir sin ninguna protección o por lo menos con
detectores que adviertan si las huellas están libres de emisiones
electromagnéticas, microondas, u otro tipo de radiaciones?
Cuando nos acercamos a la Localidad de Lobos a
investigar el notable caso Loturco, que fue eclipsado al poco tiempo por el
impresionante Caso Bariloche, pudimos entrar en la propiedad del vecino en la
que se encontraba una piscina con faltante de agua y frente a ésta, un gran
círculo de césped quemado, viéndose también un bananero, quemado parcialmente
hacia la zona del círculo en el pasto. Hacia los fondos del terreno, se había
encontrado un perro callejero, muerto y completamente seco. Todo esto, al día
siguiente que la familia Loturco, tuviera en la puerta de su casa un aparato
que describieron como dos platos soperos uno sobre otro unidos por sus bordes y
que emitía unas luces giratorias que al pasar hacia atrás dejaban ver su forma
y su color que era como el peltre, según nos dijera la Sra. de Loturco.
El 24 de julio de 2009, una de nuestras
familias investigadas por casos de Visitantes de Dormitorio, recibió una de
éstas visitas. En el parque de la casa, apareció una huella de césped quemado
en forma de media luna, que podía verse con un pequeño brillo en la noche. El
jardinero no supo de qué se trataba, pues no encontró hongos ni otros elementos
(insectos, herbicidas etc.) que pudieran haber causado la huella tan evidente.
La protagonista del caso, Mary, nos alcanzó un trozo de césped quemado que
presentaba una sustancia aceitosa. Nos acercamos a investigar el 30 de
septiembre a la casa. Observamos el lugar de las huellas y nuestro detector de
campos magnéticos, aún registraba un residuo, bastante considerable. En la
misma casa el 1° de noviembre de 2005, no sólo había quedado una huella en
forma de trípode sino que la piscina había quedado con la mitad del agua, toda
la instalación eléctrica de la vivienda se quemó y en los cables del frente de
la casa habían quedado dos raros pinzamientos, a un par de metros uno de otro,
con los cables pelados en el medio.
En todos los casos de Visitantes
de Dormitorio que hemos investigado, estos rastros de campos electromagnéticos
quedan en el lugar por un tiempo considerable. ¿Qué magnitud tienen entonces en
el momento en que son producidos?
En los campos, son bastante familiares los círculos
producidos por hongos del tipo Calvatia Lilacina o Agáricus Campestris, cuyos
micelios crecen en forma radial y secan
el pasto, dejando círculos perfectos, que a medida que vuelven las hierbas a
crecer, aparecen los círculos más grandes, dejando la tierra desnuda.
No decimos que todas las huellas
que se encuentran sin rastros de campos magnéticos se deban a estos hongos,
pueden existir incluso huellas dejadas por el descenso de OVNIs, donde el pasto crece más fuerte y con colores más definidos que fuera
de ella. Pero es llamativo que en huellas dejadas por estos aparatos avistados
por testigos, los animales no quieran entrar en ellas o no coman los pastos
dentro de las mismas.
Un Ingeniero de la CNEA con quien
tuvimos la oportunidad de hablar de estos temas, nos comentó en su momento, que
ellos siempre llevaban unas tiras detectoras, que cuando cambiaban de color,
sabían que había que salir del lugar por contaminación por radiaciones.
Y recordando al grupo de investigación
de CITEFA, en Victoria Entre Ríos, donde despliega sus actividades nuestra
amiga y colega Silvia Simondini junto con su hija Andrea y su grupo de
investigación, el acercamiento de un objeto a tierra, provocó que un tramo de
alambre divisorio en un campo se deshiciera. Silvia recogió los restos con un
imán, que estaban en el suelo desperdigados. En aquel momento los
investigadores de CITEFA calcularon que
el alambre pudo haber estado sometido a enormes temperaturas para que esto
ocurriera, que pudieron ser provocadas por microondas.
En 1989, por esos extraños
designios de los hados, por decisión judicial, mi esposo el Licenciado Eduardo
Grosso había sido asignado como la única persona que podía entrar a las
propiedades de los dueños de la empresa en la que trabajaba. Curiosamente, en
una de las propiedades oficiaba de casero un ex futbolista del equipo de Cerro
Porteño de Paraguay, de quien el dueño de las empresas que administraba Eduardo
ya le había hablado con respecto a un extraordinario Encuentro Cercano con un
ovni. El testigo se llama Carlos Veloto
y su Encuentro con el OVNI, ocurrió en un paraje llamado Piribebuy en la
República del Paraguay el 21 de agosto de 1976, donde con su suegro iban de
caza. Esa noche, vieron con estupor al
subir una cuesta, una luz azul que inundaba toda la selva. Era una zona donde
un arroyo seco cruzaba una hondonada y sobre este cauce seco pasaban las vías de
un ferrocarril. Carlos y su suegro,
Lorenzo Ávalos, se escondieron observando aquel espectáculo. La luz surgía de
un aparato a unos setenta metros (70) delante de ellos como una gran pantalla
de cine. Tenía forma de cigarro, que
pudieron ver cuando el aparato en cuestión, se levantó del suelo, subió 100
metros y haciendo un giro de 90° se puso en posición vertical y ascendió. El
testigo recuerda que hasta ellos y la vegetación se veían de color azul,
mientras aquel OVNI estaba en el lugar; que lo observaron durante cinco (5)
minutos viendo luego su despegue sin
ruidos, no pudiendo observar si estaba o no sobre el suelo, debido a una
niebla que se desprendía del aparato. Cinco días después de este encuentro,
Carlos volvió al lugar con un periodista del Diario ABC COLOR de Asunción. Allí
pudieron comprobar que el OVNI había dejado una huella de 150 metros de largo,
con pastos quemados y piedras calcinadas. A partir de ese momento, Carlos
comenzó a debilitarse, bajó dieciocho (18) Kilos de peso, debiendo dejar el
fútbol. Durante cuatro años su caso fue seguido y registrado en el Hospital de
Tigre, Pcia. De Buenos Aires, Argentina. Luego de ese lapso de tiempo, aunque
los médicos no encontraron nada especial, su recuperación fue total.
Por lo tanto, entrar en una
huella provocada por microondas u otro tipo de radiaciones, nos puede cocinar,
igual que deshace un alambre de metal, cocina pastos o sembrados y deja
deshidratados a los pequeños animales e insectos del lugar, calcinando las
piedras.
Liliana Flotta
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q buen articulo!!!
ResponderEliminarGracias Ale.
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