domingo, 3 de febrero de 2013


COMPARACIONES
El Fenómeno OVNI es muy extenso. Lleno de aristas diferentes y de amalgamas de situaciones.
Si bien, en un momento cualquiera, alguien puede levantar la vista al cielo y tanto de noche como de día, tener una visión de “ese algo raro” volando de manera poco usual, seguramente se sentirá asombrado y dirá que vio un OVNI, o sacudirá la cabeza diciéndose a sí mismo que “no, no puede ser…”
Pero lo que quiero llevar a la comparación, en este caso, no es lo que se ve en el cielo, sino lo que pasa con los testigos, o más bien, protagonistas de un encuentro cara a cara con seres, que su percepción desde cualquier ángulo, le dice que no son humanos.
Esto ocurre, tal vez más seguido de lo que cualquiera pudiera creer, con por lo menos dos tipos de seres diferentes. Dos tipologías o razas, a las que llamamos Extraterrestres, porque de aquí, parece que no son.
Una de estas Tipologías de Seres, son los de conformación humana, pero mucho más altos que el común de la gente, rubios, que como ocurriera en el caso de Orlando Ferraudi, se presentan con suma amabilidad frente al elegido, con cautela y sin ningún tipo de agresión aparente.
Su vestimenta es por lo general un enterizo, de brillo tornasolado, que cubre todo el cuerpo, incluidos los pies. Vestimenta que también ofrecen al invitado para que lleve mientras dure su visita.
Los testigos dicen que son seres hermosos, su pelo es largo, sus ojos son cálidos, claros y bondadosos; sonríen.  Hay entre ellos tanto hombres como mujeres, con las mismas vestimentas, según el lugar que ocupen en la tripulación. Y muchos de los que accedieron a estos encuentros, hablan de un distintivo, una insignia o símbolo que llevan en sus ropas.
Su comportamiento se parece al humano, en cuanto a que demuestran tener emociones y por sobre todo, buscan una comunicación, que, si bien en la mayoría de los casos estudiados no es verbal, increíblemente es telepática, llamando al testigo por su nombre, tranquilizándolo con frases en su mente de que no los van a dañar, incluso pidiéndole al protagonista humano que los acompañe. De todas maneras, cuando el humano es tomado por sorpresa, algún elemento tecnológico que el Extraterrestre lleva consigo, le hace perder la voluntad. En otros casos, a través de contactos telepáticos previos, hay una especial invitación de estos Seres para que los acompañen.
Su comportamiento es totalmente sociable. La invitación se extiende a un paseo por el espacio, permitiendo al testigo humano ver su Planeta Tierra, la Luna, el Sol. Luego la vuelta mostrándole algo así como bases en el fondo del océano o en túneles debajo de las montañas. Cuando el testigo pregunta, siempre obtiene respuestas, el diálogo parece extenderse a información y consejos.
También se les hace un examen médico, que es advertido por los Seres al humano; lo duermen una vez colocado en una camilla con escáneres y terminada la sesión, vuelve el protagonista en sí, con una maravillosa sensación de estabilidad, mucho más conectado con los seres, ya, amigos.
El paseo contiene una descripción de la nave y su funcionamiento; se permite ver sus habilidades y su propulsión. Y luego se deja al invitado en el mismo lugar de donde se lo llevó, pero generalmente con un tiempo perdido de varias horas, que no puede recordar de qué manera pasaron.
En nuestros términos: una Abducción.
Luego tenemos otra forma de encuentro cara a cara. Totalmente diferente.
El o los Seres, definitivamente no parecen humanos, aunque su morfología es humanoide. Cabeza, tronco, piernas y brazos se distinguen, pero, las diferencias son enormes. La cabeza es muy grande, con un pequeño cuerpo, que parecería no poder sostener ese gran cráneo, totalmente calvo. Ojos hipnóticos, negros, enormes, que abarcan casi todo ese rostro. Sin nariz, sólo dos agujeros, sin boca, sólo una ranura. El contacto con su piel quema, viéndose grisácea.
Sin ropas; pero sin atributos que califiquen sexo.
Estos seres irrumpen enfrentando al testigo en una ruta, o descampado, con su nave. O, en sus viviendas, apareciendo en la habitación del azorado testigo humano, atravesando paredes o techos, a veces como una esfera de luz que se convierte en ese extraño ser, envuelto en una fosforescencia verde, o con una luz azul, previa a la aparición, que todo lo inunda.
En estos casos, el Ser no se comunica, sólo toma al testigo. Si es llevado dentro de la nave, el testigo puede ver casi lo mismo que en el otro tipo de casos: consolas, pantallas, símbolos e inscripciones, seres, o entidades (no personas). De la misma manera que a veces describen los que son invitados por los  Extraterrestres altos y rubios, hay una camilla en el centro de un habitáculo circular, iluminado muy brillante, donde estos humanoides hacen sus experiencias y exámenes.
Pero en estos casos no media comunicación ninguna, salvo un pensamiento implantado sin diálogo en la mente del aterrado testigo: “No dañar”.
Sin ningún tipo de adormecimiento o anestesia se le aplican agujas y sondas, y el testigo entiende que no tienen registro de emociones, ni de dolor; parece que no lo comprenden. Pero casi de inmediato, los ojos de uno de los seres, más alto que los demás, tranquilizan al humano. Allí el protagonista sabe que conoce al ser desde siempre. En algunas ocasiones, al testigo se le muestra un paisaje desolado en una pantalla, sin ninguna explicación que medie, entre lo que le muestran y lo que le hacen.
Cuando vuelve, encontrándose nuevamente en la ruta, en su auto, o en su dormitorio, el testigo recuerda parte del encuentro, pero hay también una amnesia con tiempo perdido que no puede recuperar.
En nuestros términos: también una abducción.
Los que han vivido las experiencias con los seres altos rubios y muy sociables, se preguntan el clásico “¿Por qué yo?”. Y quedan como en contacto telepático con Ellos, sabiendo que están allí cuando se produce el fenómeno de los acúfenos en sus oídos.
 Aquellas personas que han tenido sus experiencias con los seres bajos macrocéfalos, se preguntan ¿por qué a mí? Y temen volver a escuchar ese mismo acúfeno, pues es el prolegómeno de la visita o de la abducción.
Hago estas comparaciones, pues la única diferencia que encuentro como investigadora, es la comunicación y sociabilidad, algo que es innato en los humanos; creo que entendemos que el lenguaje  que nos hace Humanos, nos lleva a comunicarnos y por una disposición de nuestro cerebro, a partir del sistema límbico, comenzamos la conducta gregaria, que se solidifica con el neocórtex. Somos seres sociales, y  nos desconcierta la falta de comunicación.
Pero con respecto a todo lo demás, me pregunto ¿dónde están las diferencias?, en realidad, ¿las hay?
No, no creo que haya. Tanto una como la otra Raza, parecen tener interés en los humanos; en su biología, en su genética, en su forma de reproducción y en un contacto con nuestra Raza.
Ninguna de las dos Tipologías de entidades (que hemos tomado solamente para la comparación, pues puede haber muchas más), parecen realmente dañarnos. Si bien es cierto que con los estudios médicos que realizamos durante estos años en los protagonistas de los llamados Visitantes de Dormitorio, aunque en estos casos también existen abducciones, aparecen consecuencias físicas marcadas por síntomas como estrés oxidativo, y Diabetes Insípida(DI), el testigo vuelve a la normalidad en unos días. Pero también encontramos el mismo síntoma de DI en las abducciones producidas por los seres altos y rubios. También estos hermosos seres han implantado dispositivos en los abducidos humanos y les sacan sangre y tejidos.
Ángeles y Demonios. Dioses Buenos y Dioses malvados.
Seguramente no. Tanto ellos como nosotros, estamos hechos del mismo material con que se forma todo elemento existente. Los átomos de toda la materia que existe, aún la de la Vida Orgánica, nace de las explosiones de las Estrellas Supernovas.
Como reza la vieja Alquimia: “la Materia Prima, reside en las Cenizas”. Ellos y Nosotros estamos hechos de los restos que el Universo va dejando.
En realidad, somos lo mismo, con una aparente sola diferencia: Comunicación. No sabemos cómo piensan.
Liliana Flotta



No hay comentarios:

Publicar un comentario