sábado, 1 de diciembre de 2012


HELIOMAGNETISMO Y APARICION DE OVNIS
                                               Por Lic. Eduardo Grosso
            Por experiencia, los ufólogos mas viejitos, sabemos que de cada cien casos de avistamientos, noventa y cinco pueden ser explicados casi inmediatamente como equivocaciones con distintos objetos, como aviones, helicópteros, globos, bolsas de polietileno, aves, uavs, astros y fenómenos físicos y atmosféricos como reflexión, refracción y difracción de la luz.
            Los ufólogos trabajamos sobre ese 5% remanente que no tiene una explicación inmediata. Sobre estos casos trabajamos en su índice de extrañeza, discursos de los testigos y las pruebas físicas que puedan quedar en el terreno o en registros como radares,  cámaras fotográficas y filmadoras.
            Muchos de nosotros creemos, que dentro de ese porcentaje (5%) debe haber fenómenos naturales poco conocidos. Aunque es imposible cuantificarlo estadísticamente en estos momentos, posiblemente la mitad de estos avistamientos se deban a estos factores. Varios investigadores creemos que los verdaderos casos de ovnis (léase “posible nave extraterrestre”) no deben pasar del 5/1000. En 80 millones de avistamientos en estos últimos 50 años nos daría una cifra de casi cuatrocientos mil “naves” (cifra poco despreciable y bastante increíble desde el punto de vista de la lógica).
            Pero volviendo al tema, sabemos perfectamente que hay una relación inequívoca entre “terremotos” y aparición de ovnis. He escuchado a algunos decir que los ovnis se aparecen para advertirnos sobre la futura catástrofe. Sinceramente creo que estamos únicamente (en estos casos) en presencia de un fenómeno natural. Quien escribe este artículo, junto a su esposa Liliana Flotta, hemos tenido la oportunidad de contemplar en la zona de Capilla del Monte, vista desde el Cerro Uritorco, la aparición de varias esferas luminosas (alrededor de seis) “volando” sobre la ciudad en un movimiento casi “browniano” (fenómeno que podemos observar con motas de polvo en una habitación después de sacudir, por ejemplo, una frazada). Este es un hecho bastante común en Capilla, lo mismo que luces sobre los cerros circundantes de la ciudad. En esta oportunidad, ocurrió un 25 de Mayo de 1998, siguiendo el Rally de Argentina. El día 26 de Mayo ocurrió un pequeño terremoto de casi cuatro grados en las proximidades (el Valle de Punilla es una zona sísmica bien definida).
            A partir de ese hecho, comencé a interesarme en esta perspectiva. Años más tarde, con los terribles terremotos de Chile, Perú y Japón, se pudo observar las mismas características luminosas.
            ¿Por qué ocurre esto? Según algunos científicos por lo siguiente:
·         La fricción de las placas tectónicas calienta partículas de gas.
·         Emisión de gas radón (radiactivo) que ioniza el aire (arranca electrones).
·         Hay minerales, como el cuarzo (abundante por ejemplo en Capilla del Monte) que ante la presión mecánica emiten electricidad.  A modo de práctica, amigo lector, golpee un trozo de cuarzo con un martillo y éste emitirá un chispazo eléctrico.
·         El físico Friedemann Freund, expresa que si bien las rocas son aislantes, se ha demostrado en laboratorio, que estas son buenas conductoras de electricidad en su superficie, los granos de las rocas tienen imperfecciones, tienen átomos de oxigeno en estado ionizado, formando hoyos que tienen carga similar al electrón pero positiva. Se demostró que los hoyos tienden a moverse y fijarse en la superficie de las rocas, produciendo conductividad, ante la presión ascienden como un plasma en estado sólido, produciendo las luces, algunas infrarrojas y también produciendo un campo magnético.
·         Los campos magnéticos, de acuerdo a los trabajos del Doctor Perssinger de Canadá, pueden producir estados modificados de conciencia e incluso alucinaciones.
El hecho cierto es que hay elementos (por lo menos circunstanciales) que nos permitirían afirmar que si existe una relación entre terremotos y ovnis. El tema ahora sería debatir si también existe  una relación entre la actividad solar (en este caso las llamadas “tormentas solares”) y la producción de terremotos.
¿Es así? ¿Hay pruebas irrefutables? Según científicos rusos y chinos podría ser así.
Según científicos del Observatorio Nacional Astronómico de China, las tormentas solares que llegan a nuestro planeta producirían un calentamiento en las fallas tectónicas, conllevando a una disminución de la resistencia al corte y el límite de fricción de las rocas.
Consultando una página especializada en estos temas, se expresa que los eventos explosivos del Sol, pueden cargar la Magnetósfera, generando tormentas eléctricas que pueden afectar las fallas activas de la Geósfera ígnea, y luego activar un movimiento tectónico.
Se dice que la correlación entre el pulso electromagnético y terremotos es observable en muchos movimientos ocurridos en el mundo, y que estos aumentan en el ciclo de máxima actividad solar (los conocidos ciclos de once años en las manchas solares).
Otro aspecto importante es que, aunque las tormentas solares vienen acompañadas de un pulso electromagnético que puede afectar las comunicaciones y los aparatos eléctricos, son muy pequeños comparados con el magnetismo terrestre, pero sin embargo podría afectar la percepción del humano en general. Por ejemplo, recuerdo el caso de los “suicidios de las ballenas” que se debe a la deformación de las líneas magnéticas de la Tierra, que confunden el “sistema de navegación” de los cetáceos. ¿Qué nos puede suceder a nosotros?
Por supuesto, no hay una opinión uniforme entre los científicos que esta correlación exista. Para eso se necesitan años de observación hasta estar seguros de que la teoría es correcta.
No siempre pasa que si “A” da origen a “B”, y “B” da origen a “C”, “A” daría origen a “C”. Como dicen los matemáticos faltaría la condición “si y solo si”.
El tema aquí es que como hipótesis podríamos considerar que la actividad solar puede dar origen a manifestaciones que se consideran “ovnis” y realmente son únicamente fenómenos físicos (y no naves alienígenas).
A tal efecto, me dispongo a iniciar un trabajo de investigación para correlacionar estadísticamente (dentro de lo posible) las llegadas de estas “tormentas”  (y el correspondiente ciclo de manchas solares) con las denuncias de “luces extrañas en el cielo”.
El tema es ver si durante estas épocas de actividad solar hay un incremento de avistajes superior a lo normal.
Como se podrá considerar, ese es un trabajo muy extenso en el tiempo, pero puede dar luz para explicar parte del fenómeno (es el objetivo de toda investigación). La ventaja de los ufólogos, es que nadie nos apura, pudiendo tomarnos 10 o 15 años para realizar el trabajo. Lo más que nos puede pasar durante ese período es que nos llamen a tocar el harpa con los angelitos o a picar piedras con el tío Luci, en ese caso siempre habrá un esforzado que tome la batuta…..
Hasta la próxima.




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