jueves, 10 de enero de 2013


OVNIS:
ABDUCIDOS POR EXTRATERRESTRES
                                                           Por Lic. Eduardo Grosso

            Todos los investigadores que nos hemos especializado en esa temática conocemos los casos Hill (EEUU), Llanca (Argentina) y Vilas Boas (Brasil), pero aquí podríamos preguntarnos: ¿Estos son los primeros casos conocidos mundialmente?
            Aparentemente son los primeros que llegaron al conocimiento del público en general, pero no fueron los primeros en producirse.
            En esta nota nos adentraremos un poco más en esta temática comenzando con un relato de la antigüedad.
UN POCO DE HISTORIA
            El protagonista es Hans Bocuhmann y el recordado investigador español Andreas Faber Kaiser nos relata el caso: “Cuando ya se encontraba de regreso, de noche, y al pasar por el bosque, percibió de repente un extraño rumor y estrépito. Al principio le había parecido un zumbido de un enjambre de abejas, pero luego fue como toda una banda de música. Le embargo el miedo, ya no sabía donde se encontraba ni que le estaba sucediendo. Perdió el sombrero, guantes y abrigo. Antes de perder el conocimiento todavía percibió como era alzado por los aires. Fue conducido a un país desconocido. Dos semanas después se encontraba en Milán, sin saber que le había acontecido durante el tiempo que estuvo en poder de los duendes”.
            Ud. estará seguramente diciendo: ¡Otro caso de abducción como  tantos! No se enoje, hay una sutil diferencia: Este caso ocurrió el 2 de Febrero de 1573.
            Del análisis del caso podemos inferir sin ningún lugar a dudas que el fenómeno de abducción se ha venido produciendo desde la antigüedad. Podemos remontarnos hasta la época de las narraciones bíblicas y más aún.
            Duendes, gnomos, elfos, silfos, hadas y apariciones marianas tal vez sean sinónimos  para lo que hoy llamamos Extraterrestres o Alienígenas. El lenguaje y las expresiones han cambiado, vivimos inmersos en un movimiento tecnológico y todo lo describimos de acuerdo a ese parámetro, así como en la antigüedad se manifestaba de forma “mágica” porque el pensamiento y el avance científico eran limitados.
            Supongamos por un momento que las naves extraterrestres son reales (de eso  personalmente no tengo dudas) y produjeron secuestros en la antigüedad. ¿Cómo podría aquel hombre relatar su experiencia en términos que entendieran sus semejantes si no es apelando a elementos mágicos?
            Hoy nos resulta imposible dictaminar sobre casos ocurridos en la antigüedad, que conocemos a través de las crónicas, básicamente porque hemos llegado a la conclusión que es preciso investigar profundamente al testigo además de su relato.
            Sin embargo estos datos históricos nos sirven como marcos de referencias validos para el estudio de nuevos casos que como veremos siguen el mismo esquema básico.
SECUENCIA DE HECHOS COMUNES EN UNA ABDUCCION:
            La uniformidad no existe, ya hemos visto  casos históricos con desarrollos muy diferentes, sin embargo un estudio estadístico de la casuística mundial nos marca tendencias que siguen el siguiente esquema:
1-      Generalmente ocurre en zonas apartadas, casas rurales o vehículos en rutas, donde una o varias luces de procedencia desconocida mueve el interés del testigo que a pesar del temor, extrañamente se halla tranquilo, relajado, como si esa luminosidad produjera en él un estado hipnótico o modificado de conciencia. Tal vez sea lo último que el testigo recuerde conscientemente  hasta el momento que despierta una vez concluida la experiencia quedando un “tiempo perdido” imposible de llenar.
2-      Seguidamente, uno o varios seres lo bajan de su vehículo o de su dormitorio (después nos referiremos  a esta variante llamada “visitantes de dormitorio”), y a través de un haz de luz sólida (recordar el caso Llanca – Bahía Blanca, Bs. As.) lo conducen al ovni.
3-      Dentro del “aparato” (permítaseme utilizar este vocablo) es acomodado en un cómodo sillón o puesto sobre una camilla en una fría habitación circular y acto seguido se le realiza un exhaustivo análisis médico.
4-      Este análisis incluye generalmente el uso de largas agujas, sondas, tubos succionadores de fluido y en algunos casos implantes de pequeños elementos, similares a pequeñas esferas o perdigones, colocados en nariz, nuca o extremidades. En muchas oportunidades quedan las marcas. En abducidos femeninos se incluyen relatos de exámenes ginecológicos e inseminaciones.
5-      Se le hace saber al testigo que han sido seleccionados desde niños y que se encontrarán en varias oportunidades.
6-      El testigo es abandonado en las proximidades del lugar de su captura.
7-      Generalmente sufre pesadillas, problemas  psíquicos y secuelas físicas. En algunos casos escuchan una especie de acople en un oído  que identifican con loa señal de sus captores.
Su  vida de alguna manera se ve transformada.
OTROS CASOS DE ESTUDIO:
            Tomemos ahora dos casos extractados de un artículo del investigador Bertrand Meheust, donde se cumplen alguno de los puntos mencionados precedentemente.
            El primero de ellos ocurre el 6 de Enero de 1976, alrededor del las 11 de la noche en Kentucky (EEUU), cuando las tres protagonistas: Mora Stafford, Louis Smith y Elaine Thomas, viajaban en automóvil hacia la localidad de Liberty. En un primer momento vieron una extraña luz, creyendo que era un avión, segundos después perdieron el control del automóvil que se vio bañado de una luminosidad azul, con un intenso dolor de cabeza terminaron desmayándose y despertaron casi dos horas después a una decena de kilómetros del origen de su experiencia sin saber que había pasado en esas horas perdidas.
            Aquí queremos poner énfasis en los problemas físicos y psicológicos que padecieron los testigos después de su experiencia: Mora Stafford contrajo una conjuntivitis grave y acto seguido por causas desconocidas perdió ocho kilogramos, Louis Smith apareció con una marca roja de diez centímetros en el cuello y con problemas oculares y por último Elaine Thomas, también con problemas oculares perdió catorce kilogramos en las siguientes semanas.
            A veces se quieren explicar los casos de abducciones apelando únicamente a experiencias creadas exclusivamente por la mente del testigo. Nos preguntamos: ¿Pueden  haber creado estos tres testigos su propia fantasía y desordenes psicofisiològicos exactos  y correspondientes? Estas tres mujeres norteamericanas recordaban fragmentos de esa extraña experiencia, por lo que deciden consultar a un psicólogo que mediante hipnosis regresiva (ya nos referiremos a esta técnica) saca a  la luz los recuerdos subconscientes de las protagonistas.
            Según el autor, los recuerdos fueron coincidentes y verdaderamente escalofriantes. Aparentemente las tres habrían sido sometidas a distintos exámenes médicos, para los cuales las protagonistas fueron colocadas sobre algo parecido a mesas de operaciones, sujetas de manos y piernas y untadas con un líquido caliente y pegajoso (recordemos el caso Vilas Boas). Como dato significativo y siniestro, a Mora Stafford le sacaron los ojos colocándoselos nuevamente a continuación.
            Los seres responsables serian los conocidos enanos macrocéfalos, de ojos rasgados, brazos largos y piel color gris. ¿Muy terrible para ser verdad?
Vayamos al segundo caso:
            B. Meheust nos relata el caso de Megan Elliot (seudónimo), quien el 21 de Agosto de 1980, estaba en casa de sus padres, visitándolos, con su pequeña hija René, de 18 meses. Megan decide volver a su casa (100 kms de distancia) porque René estaba sufriendo de una infección y una erupción cutánea.
            Ya en camino, sobre una ruta desierta, la radio del automóvil comienza a fallar y disminuyó la intensidad de las luces, en un momento el auto con Megan y René fue literalmente aspirado por un objeto en forma circular que estaba sobre ellos.
            Recuperó el conocimiento en el interior de su auto que estaba estacionado cerca de su casa. Horas después recordó lo sucedido.
            El coche había penetrado en una sala brillante donde los dichosos seres pequeños y cabezones le ordenaron salir del vehículo. Posteriormente  fue sometida a viarios exámenes físicos.
            Ya concluida la experiencia, descubrió una larga cicatriz en su pierna y una extraña marca en forma de “H” en su espalda; en días posteriores perdió siete kilos. René curo por completo su infección y la erupción cutánea en 24 horas.
            Como hemos visto en estos ejemplos, las pautas básicas o secuencias comunes en las abducciones se cumplen bastante fielmente.
ALGO MÁS CERCANO:
            En Argentina no somos la excepción. Quisiera traer a colación un caso muy interesante investigado por los colegas Dr. Néstor Berlanda (médico psiquiatra) y por el Dr. Juan Acevedo (psicólogo).
            Este caso ocurrió el 10 de febrero de 1995 y tiene ribetes muy interesantes y coincidentes con los casos antes mencionados. El artículo fue publicado en la Revista “Conozca Más”, Número 115, Año 1988. He aquí un fragmento de la nota:
El 10 de febrero de 1995, en una ciudad de Río Negro, el señor José A., se apresta para emprender una excursión de pesca a la Bahía San Blas con su esposa, Carla, su hijo Julián y un sobrino. Es un largo viaje. Repentinamente, en las afueras de San Antonio Oeste, sobre la Ruta Nacional nro. 3, José se siente terriblemente cansado. Habían recorrido poco más de medio kilómetro desde una estación de servicio; a la derecha de la camioneta podían verse claramente las luces del Puerto de de San Antonio. José, que nunca acostumbra estacionar para dormir sobre la banquina, busca un lugar apropiado para hacerlo en un pequeño claro, entre unos yuyos altos. Cuando él y su mujer despiertan ella recuerda un extraño sueño: “Unos niños peladitos y de piel brillante, en medio de una luz, con ojos muy grandes  y oscuros me acarician y me hacen algo en el brazo izquierdo”. De pronto, al mirar por la ventanilla, José (que despierta con un gran dolor de espalda), advierte que el lugar donde se encuentra no se parece en nada a aquel donde estacionaron. Mira el reloj: son las cuatro de la mañana. Arranca, y a poco de circular ven un cartel con la indicación de “Conesa”. ¡Se hallaba a 90 kilómetros de donde debían estar!
Aún sin salir de su asombro, deciden recalar en una estación de servicio, allí descubren que el tanque de combustible sigue igual que cuando salieron de San Antonio. Al mismo tiempo, Carla descubre unas raras señales redondas sobre su brazo izquierdo. Observa el cuerpo de su hijo Julián y nota en su espalda dolorida, las mismas señales……
            Podríamos relatar muchísimos casos más, todos muy parecidos, en muchos lugares del mundo distantes entre sí. Miles de casos con los mismos patrones.
            Y la verdad es, aunque nos cueste creer en este mundo tan pragmático  y materialista que nos ha tocado vivir, estas entidades existen,  son reales, están entre nosotros desde hace mucho, tienen un plan bien definido y que en un futuro cercano seguramente nos llevaremos una gran sorpresa.
            ¿Podemos hacer algo? Seguir investigando y tratar de dilucidar el “como” y los “porqué” de su accionar.
            Hasta la próxima.
           

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